¿Qué es la “Resiliencia”?

¿Qué es la “Resiliencia”?

Generalmente, cuando hablamos de resiliencia nos imaginamos eventos catastróficos, sacados de telenovelas o películas que te arrancan las lágrimas. Pero, ¿qué realmente es la resiliencia? 

 

Lo que se entiende por resiliencia es la simple capacidad que se posee para adaptarse al cambio y superar la adversidad (comúnmente conocido como reto). Esta habilidad para salir adelante, no es más que eso, una habilidad que se desarrolla y se trabaja para obtenerla; ya que es ordinaria no extraordinaria. 

 

El ser una persona resiliente no significa que no experimentes dificultades, angustias ni dolor. El dolor emocional es necesario, por que es el que nos enseña a continuar con nuestro camino, pero el sufrimiento es opcional. 

 

La resiliencia es un conjunto de conductas, pensamientos y acciones que vamos aprendiendo conforme vamos viviendo. Lo más interesante sobre esta herramienta de vida, es que te permite salir fortalecido de una situación estresante. El ser resiliente requiere también que seamos flexibles cognitivamente, porque de esta manera podremos moldearnos para adaptarnos al entorno y después poder regresar a nuestro estado original. 

 

Hay muchas cosas que podemos hacer cuando de resiliencia se habla, pero a mi parecer, el primer paso es la aceptación, y esto no es más que describir la situación en términos generales y objetivos, sin interpretaciones personales. Una vez que he podido describir lo sucedido, entonces me pregunto “¿Qué sí puedo hacer?”. Bueno, puedo iniciar cuidando de mí, de mis sentimientos, de mis palabras, mis acciones, mi esfuerzo y al final, mis decisiones. 

Todo lo demás, que está fuera de mi control, lo ignoro porque no hay nada que yo pueda hacer al respecto.

 

Y entonces, el autocuidado se convierte en mi prioridad y lo voy a hacer con cariño y compasión, haciendo consciencia de mis propias necesidades. Es como cuando estamos en un avión, la indicación es que en caso de despresurización de la cabina primero nos debemos poner la mascarilla de oxígeno nosotros mismos, para después ayudar al otro. Primero cuido de mí y solo así, podré cuidar del otro. 

 

Uno de los ejercicios más interesante a realizar cuando estamos tratando de generar resiliencia en nuestras vidas, es aprender del pasado. Recordar alguna de las experiencias vividas y las fuentes de fortaleza personal poseídas, nos ayudarán a identificar aquellas estrategias que poseemos para hacer frente a la adversidad, esas estrategias y herramientas forman parte de nuestra resiliencia

 

Para hacer esto, nos podemos hacer preguntas como: ¿Qué eventos difíciles he vivido?, ¿Cómo me afectaron?, ¿Cómo los superé?, ¿A quién le pedí ayuda?, ¿Qué aprendí?, entre muchas otras que nos servirán como guía para entender mejor cómo funciona la resiliencia en cada uno de nosotros. 

 

Existe toda una combinación de elementos que nos permiten generar resiliencia, los más importantes son las relaciones de cariño y apoyo que tenemos, esas relaciones que emanan amor, confianza y seguridad, así como estímulos para salir adelante. Algunos otros factores que influyen son nuestra capacidad de ser realistas y poder seguir planes paso a paso, ser positivos y confiar en nuestras fortalezas y habilidades, saber comunicar y pedir ayuda, reconocer nuestras emociones y sentimientos. 

 

Debemos evitar caer en la trampa de creernos Superman, no podemos de ninguna manera evitar que la vida suceda ni los eventos que ésta trae consigo, lo que sí podemos hacer, es cambiar la manera en que interpretamos y reaccionamos a sus eventos. Simplemente tenemos que aceptar las circunstancias que nos rodean y hacer con ellas lo mejor que podamos.

Y esto, solo lo lograremos a través de plantearnos metas realistas, para las cuales cada pequeño paso que demos, nos acerquen a su meta. Recuerda que no tomar una decisión, es finalmente, una decisión, así que es recomendable actuar y no evadir.

 

Es gracias a la adversidad, que nos fortalecemos y crecemos como personas debido a que aprendemos a conocernos mejor, fortalecemos más el autoestima, generamos mayor espiritualidad y cambia nuestra apreciación de la vida.