“La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” (OMS, 2020). De esta manera, la salud mental abarca una amplia gama de actividades que estén directa o indirectamente relacionadas con el componente de bienestar mental.
Es importante prestar atención a la salud mental, a través de una sensación de bienestar general en pensamientos, emociones y comportamientos. Cuando las personas sufren de alguna alteración en el funcionamiento mental, como ansiedad o estrés excesivo, éstas causan perturbaciones en los patrones del comportamiento que afectan la capacidad de funcionamiento, si no son tratadas a tiempo, pueden desencadenar algún trastorno mental.
En la actualidad, la salud mental sigue siendo un tema poco discutido, considerado tabú. La gente no se detiene a hablar sobre la salud mental y en la mayoría de las ocasiones consideran que sus síntomas son normales o evitan buscar ayuda por miedo o vergüenza.
Como se mencionó anteriormente, dos de los males más conocidos y relacionados con la salud mental son la ansiedad y el estrés, que se encuentran estrechamente vinculados el uno con el otro; es decir, la ansiedad es generadora de estrés, y a su vez, el estrés es fuente de ansiedad.
Hoy por hoy vivimos en una sociedad tecnológica, que a pesar de contar con sus beneficios y ventajas para el desarrollo de la economía, ha dejado de lado el aspecto humano, íntimo y personal. Es momento de recuperar la esencia humana y utilizar los medios con los que se cuenta para atender de un aspecto sumamente infravalorado, la psique.
Cuidar de mi salud mental, es cuidar de mí, pero también es cuidar de otros. Cuando se pone atención a la manera en que la vida afecta mis pensamientos, emociones, sentimientos, y comportamientos; se recupera el control de los mismos, entonces podemos actuar de manera razonada y no reaccionar de manera impulsiva.
De esta manera, es uno quien controla la situación y no viceversa, sin dejar que la situación sea quien controle a uno, perdiendo la capacidad de comunicar de manera afectiva y efectiva.