“Noche de paz, noche de amor […]” ¿y qué pasa si no es así?
Se acerca la Navidad, un momento especial para todos nosotros. Un evento que se celebra a lo largo y ancho del mundo, con diferentes significados según la cultura y las costumbres del lugar; pero en la mayoría de ellas es un momento de unión familiar y celebración por la vida.
Para cada uno de nosotros, la Navidad tiene un significado personal, a todos nos trae distintos tipos de emociones: nostalgia, alegría, tristeza, rencor, dolor, un sinfín de recuerdos que guían nuestro comportamiento y nos recuerdan momentos de cada una de las etapas de desarrollo tanto personal como familiar.
Sin lugar a dudas, la Navidad de este año será completamente distinta para todos, reuniones, viajes y vacaciones que no se realizarán; emociones, momentos y recuerdos que no tendremos, pero que se verán intercambiados por muchas otras emociones, momentos y recuerdos.
¿Buenos o malos? no lo sabemos y es mejor no categorizarlos, todo será simplemente diferente.
Cada vez es más habitual escuchar que hay gente que no disfruta de esta época del año, y con la situación mundial que estamos atravesando, el malestar va a estar presente, es por ello que es sumamente importante no juzgarnos ni a nuestras emociones o pensamientos, sino entender que están ahí por una razón y debemos hacerlo consciente para poder manejarlos de la mejor manera posible.
Estamos hablando del momento del año que mayor carga emocional contiene para la mayoría de nosotros. Es común que al pensar en Navidad, hagamos una asociación con momentos de amor y alegría entre nuestros seres queridos, con quienes podemos fortalecer lazos generando una atmósfera de esperanza y solidaridad. Sin embargo, durante estas fechas también recordamos las pérdidas, el dolor y los rencores.
En adición, este año contamos con gran incertidumbre sanitaria y económica que pueden facilitar que los existentes problemas se agudicen más durante esta época, siendo un factor añadido para aumentar tensiones, frustraciones y ansiedad.
Debemos entender que Navidad no es un momento para obligarnos a ser felices a toda costa, todo lo contrario, es un momento para buscar el entendimiento, la calma, la conciencia y la flexibilidad para adaptarnos de la mejor manera.
Es esencial que durante este momento del año, nos dediquemos un espacio personal para poder identificar qué y cómo nos sentimos, para reflexionar sobre ello y actuar al respecto, comprendiendo nuestras emociones y desde dónde vienen para permitirnos sentirlas, vivirlas y manejarlas de forma saludable, es decir, darles el peso e importancia justa y necesaria, sin exagerar o minimizar lo que nos está ocurriendo.
Podemos mejorar nuestras habilidades emocionales en Navidad si procuramos entender y respetar nuestras emociones, con una actitud de iniciativa para alejarnos un poco de la percepción negativa y tomar acción para cambiar la manera en que actuamos.
De igual manera, dejamos a tu disposición una serie de consejos prácticos para disfrutar de la Navidad: