La idea de poder pasar mucho más tiempo en casa sonaba como un sueño.
Sin embargo, mucho ha cambiado desde que iniciamos el distanciamiento físico, y con rapidez el mundo se ha empeñado en incluir nuevas presiones para: ser “productivo”, hacer un “buen uso” de nuestro tiempo y salir de la cuarentena físicamente renovados, en forma y con un sinfín de nuevos proyectos creativos.
En efecto, ha sido todo un reto adaptarse a la nueva rutina, hemos aprendido a trabajar desde casa y hemos tenido que aprender sacarle el máximo provecho a nuestro pequeño espacio personal, o eso nos quieren enseñar las redes sociales.
Vemos todo lo que las celebridades y ni tan celebridades hacen desde casa y anhelamos poder lograr hacer una cuarta parte de lo que vemos, pero en realidad, al igual que nosotros, ellos están sufriendo el distanciamiento social y tratando de dar lo mejor de sí mismos.
Nos encontramos extrañando tanto, pero también estamos agradecidos por las pequeñas cosas que nuestros “yo del pasado” daban por sentado a medida que avanzabamos en la vida cotidiana: poder escuchar tu canción favorita en el trafico camino al trabajo, el aroma a café fresco de tu cafetería preferida, la pequeña charla en la esquina de la oficina, entre muchos otros ejemplos.
Hoy podemos darnos cuenta y agradecer esas cosas que en el día a día dábamos por hecho, como comer en familia, llegar a tiempo a la sala a ver una película un miércoles por la tarde, descubrir que tenemos cosas en común con las personas con las que compartimos techo y darnos cuenta de que siempre hemos tenido todo lo necesario para ser feliz, simplemente no lo veíamos porque estamos muy ocupados en nuestra carrera diaria.
Es momento de repensarnos, y nuestro equipo de terapeutas trabajan con formas de combatir estas nuevas presiones, para reconectar con la naturaleza y gestionar de manera más efectiva el trabajo y la escuela.