Rocío Pérez Leighton

Rocío Pérez Leighton

Formación a destacar:

  • Psicóloga con mención en Psicología Clínica de adultos de la Pontificia Universidad Católica de Chile *
  • Postítulo en Psicoterapia Humanista Transpersonal en la Universidad Diego Portales**
  • Postítulo en Psicoterapia Focal Psicoanalítica
  • Diplomado en Psicogerontología Educativa y Social
  • Curso de Formación Terapéutica en Arte Terapia
  • Acreditada como Especialista en Psicoterapia por la Comisión Nacional de Acreditación de Psicólogos Clínicos de Chile

*Universidad #1 en QS Latin
America University Ranking
**Universidad #40 en QS Latin
America University Ranking

Hola, soy Rocío y te doy la bienvenida a este espacio. En él espero brindarte el acompañamiento que necesitas en este momento de tu proceso.

Respecto a mi formación, estudié psicología clínica. Al salir de la universidad, participé como en programas Psicogerontología. Paralelamente, me especialicé en Psicoterapia Focal Psicoanalítica, profundizando en el origen y perpetuación de nuestros conflictos, así como en el valor del vínculo, la comprensión y la palabra en la resolución de estos. Posteriormente, y producto de mi propia psicoterapia, decidí realizar un postítulo de Psicoterapia Humanista Transpersonal, proceso en el cual experiencié el valor del contacto con la emoción, de la presencia, del vínculo genuino y de la búsqueda de nuestro ser profundo y auténtico. De forma paralela, exploré el Arteterapia y me formé como instructora de Purna Yoga.

Desde que me titulé, he atendido en mi consulta particular y hasta hace tres años, en una institución de salud. En ambos espacios he trabajado en consulta individual con pacientes adultos y adultos mayores, principalmente en temáticas relacionadas a la ansiedad y la depresión. También tuve la oportunidad de trabajar durante tres años en un servicio telefónico de apoyo en la crianza, experiencia en la que pude formarme en atención no presencial y en temáticas de infancia y habilidades parentales.

Junto a estas formaciones y experiencias, mi quehacer profesional está influenciado, sin duda, por mi propio proceso de sanación. La curiosidad y la necesidad de sanar mis propias heridas me llevaron desde la adolescencia a profundizar en mi autoconocimiento a través de diversos cursos y terapias, que sin duda, hoy se reflejan en mi ser terapeuta. Por ejemplo, en los procesos de psicoterapia que tuve, pude vivenciar como consultante el valor de un vínculo amoroso y honesto, las dificultades de proceso y los beneficios de la cosecha, vivencias que hoy se manifiestan en el vínculo que ofrezco como terapeuta. Junto con ello, la meditación, el yoga, el arte y las terapias alternativas, son experiencias que, al marcar mi propio proceso, se reflejan también en mi comprensión de la terapia.

Mi forma de trabajar se centra en la posibilidad de vivenciar un vínculo honesto, humano, profundo y comprensivo, que ofrezca un espacio cuidadoso para profundizar en nuestras heridas, creencias, personajes y emociones a través del experienciar y la palabra. Trabajo con el vínculo, con la presencia, con confianza en el proceso de sanación de cada uno y con amor y servicio. Confío en la palabra como catalizador, como verdad que emerge, como posibilidad de deconstruir y construir nuevas verdades. Ello, en un proceso que invita a la emoción sentida, a la respiración consciente y al rehabitar el cuerpo.

Un psicólogo al que asistí me transmitió la comprensión de la psicoterapia como el proceso de ganar libertad sobre nosotros mismos. Esta intención me motiva y guía mi quehacer, acompañando a quien asiste a proceso en la reconciliación con su luz y con su sombra.

Considero que mi principal fortaleza como terapeuta es mi intención de ofrecer mi presencia, mi escucha, mi pensamiento e intuición, para ayudar al otro a contactar consigo mismo. Considero que el propio proceso personal, la humildad y la honestidad en este quehacer son muy valiosos, por lo que me esfuerzo por cultivarlos.

Gracias por la confianza.